Cuando se trata de monos

Conmigo asé falo

Tití con stradivarius viola a mi novia. No llueve. Amanece no. Todo fluye. Campanarios con su risa me provocan. Mi última tentación en el tití se mira. El tití calcula. Que si eyacula. Afuera. Titititís no habrá. Y mi celo será menor. Pero celo ponía. Si. Sigue sin llover. Amanece ni. Tití al fin cula ella. Ti pegaré tití. Tití reza; a.C. malabares con una Tango adidas. Tití comprende por medio de teoremas la realidad del mundo económico del Medio Oriente. Odia la literatura tití. Es un mono incluso en el fondo. Estamos en el Fondo Monetario, raíz de Todas las cosas, eso sucedió acá. Tití tiene sombrero turco. Mono de Carriego, del organillero de Carriego, tití se enciente en mil llamas. Tití se desintegra en cenizas, inocente, sarcástico con inocencia, violador ingenuo, atleta brasilero, mono bonito, con sombrerito rojo de cono truncado, con cola, ha violado a mi novia. Le exijo que se case con él aun muerto. No contesta. Ella esfinge silente, como Siempre. Nadie me hacha la cabeza y quisiera que termine así este cuento, conmigo acéfalo.

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Puedo escribir los cuentos más pésimos esta noche.

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Soy un orangután teñido del valle calchaquí que odia la literatura. Desde que lo recuerdo la mundo es así. Si acicalo mis uñas es porque así calo. Si cavo mi fosa esa porque no a-cabo. Si pinto mi chalet es porque es necesario. Si… en fin. Soy de mono. De Mono. Mi Estado. Vivo en la localidad de Mono, provincia de Mono, en la Mono-Comarca al lado del departamento de Mono donde se encuentra el conocido ayuntamiento de Mono y la cámara de los comunes de Mono y la Mona que los monó a todos. Mono el Mono. No hay otra. Yo mono. Tu monas. Mi mamá me mona. Estás muy mona. Viva la Mona, el Mono, y los Monitos. Soy Mono, de Mono: TODO MONO: Todo Mona. Y acá me ven: alejado hoy de la monada pero teniéndola siempre presente en mi mono-pensamiento. Ayer me acosté con un Mono-Patín aunque esto es puro cuento y cueste un Perú. Fue duro, desde luego.

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La ingle en el dedo anular, fue una pre-monición.

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Cuando se trata de monos la realidad es distinta. Sin ir más lejos lotro día. Lotro día caminábamos por las calles de Palermo Viejo mi prometido el Otorrinolaringólogo, su propio prometido el Ornitorringo-Star (con picaporte), la actriz sueca Pancho Dotto, y mi amigo el ingeniero en sistema Santateresita. Fifaponchos, prestamista de “su propio prometido” (¿el prometido de mi prometido?) prorrumpió en llantos proininterrumpidamente; tanto taló el desasociego, que de saso ciegos fueron quedando, yo diría muchos, tantos que all “yenar” la Basílica, se explotaron en sí mismos al no poder perpetrar sacrílego acto de Basílica explotar. Con perdón de la palabra. ¡Alma mía! (Aplausos) ¡Alma mía! ¡De haberlo sabido habría habido avena? Me retracto: ¡Alma mía! ¿¡Qué cosas ocurrido han?! ¡Las más harto asaz terribles!? De no tratarse de Monos hubiera jurado que crepitaban sapos odoros, de esos que había en mi infancia, que te meaban la cara – escuerzos - . La Basílica más tarde fue demolida (de no tratarse de monos), no por ello mi prometido – que odia la literatura – dimitió (hasta el fondo) en su tenaz cometido: bailar ballenato a la luz de la Luna [tachado]: Mona.
¡Mona!

¡¡¡Mona!!!

Hugo Mono (“Monolandia”)